“ Y bueno sí, ahí descubrí que mis miedos se hacían realidad…»

Egresado de Ingeniería Industrial.

Auxiliar administrativo en la DICyT, proyectando una especialización en Contaduría

Yo no tenía el mismo sueño de algunas personas cuando decían que la Universidad Mayor de San Simón era “la mejor de las universidades”, pensaba que la universidad siempre estaría debajo de otras universidades extranjeras, en cuestiones de conocimientos y oportunidades, porque creí que la calidad no era buena, pero a pesar de mi percepción sentía las ganas de estudiar ya que sería la segunda persona de mi familia que saldría profesional y debía dar el ejemplo, la ilusión de salir en el tiempo de años establecidos se inundaban dentro de mi ser y mis motivaciones empezaban a cobrar fuerzas en los primeros semestres.

Sin embargo, la emoción y el esfuerzo por empezar poco a poco se derrumbó cuando mis primeras materias de semestre fueron las más costosas, pues ya no valía mi cuaderno, ahí se valoraba el conocimiento, no obstante me adapté y seguí adelante hasta que llegué a la materia de Tecnología Mecánica II y Diseño Asistido por Computadora, sí esas materias me costaron, pero no tanto como las del primer semestre marcando la dificultad de mi vida.

Javier García Mamani aprendió trabajar en equipo y a pesar de las tareas y exámenes que se le programaba supo a adecuarse a los tiempos y no estresarse, sin embargo, no todo fue así, Javier reconoce que le encantaban los videojuegos, «Sí, caí en los videojuegos», comenta Javier, con la experiencia de estar sentado en la computadora llegó a entender que las personas que juegan videojuegos tienen algo en común: No son conscientes del tiempo que pierden, ni de las consecuencias que podría marcar el tiempo desaprovechado, y claro tampoco tienen un objetivo o se olvidan de él. «Yo estuve frecuentando esos lugares», explica Javier, hasta que decidió poner un alto en su vida, porque entendió que sus miedos de abandonar la carrera y defraudar a su familia se hacían cada vez más y más reales, causa por la cual decidió no jugar por un semestre, y si lo hacía tomaría la decisión de retirarse de la carrera «para no perder el tiempo» y trabajar, explica García. 

Actualmente Javier logró consagrarse como ingeniero, culminando sus estudios y trabajando como auxiliar administrativo en la DICyT, proyectando una especialización en Contaduría, recordando lo dicho por sus docentes cuando aclaran que existe trabajo, pero para los mejores.

Así que las recomendaciones que yo les puedo dar son: “Aprovechen los conocimientos de los docentes, no se desanimen, no pierdan el esfuerzo, (…) no se guíen por las notas y nuevamente no se desanimen”.

Agradecemos a Javier por compartir su experiencia y le deseamos éxitos en su camino profesional.